lunes, 28 de marzo de 2016

¿Es creíble el "Antiguo Testamento"?

En este articulo y otros próximos consideraremos acusaciones que dirigen contra la Biblia críticos modernos. Algunos afirman que la Biblia se contradice y es "anticientífica", y eso lo consideraremos más adelante. Pero, primero, considere la acusación común de que la Biblia es solo una colección de mitos leyendas. ¿Tiene base sólida para tal crítica los adversarios de la Biblia? Para empezar, examinemos las Escrituras Hebreas, el llamado Antiguo Testamento.-


Una ciudad antigua está bajo sitio. Los que la sitian han cruzado como enjambre el río Jordán y ahora acampan enfrente de los altos muros de la ciudad. Pero ¡qué extrañas tácticas de combate! Durante los últimos seis días, cada día el ejercito invasor ha marchado alrededor de la ciudad en silencio, excepto por unos sacerdotes que tocan unos cuernos. Ahora, en el séptimo día, el ejército marcha siete veces, en silencio, alrededor de la ciudad. De repente los sacerdotes tocan los cuernos con todas sus fuerzas. El ejército rompe su silencio con un vigoroso grito de guerra, y los elevados muros de la ciudad se desploman, levantando una nube de polvo; la ciudad queda indefensa. (Josué 6:1-21.)
Así describe el libro de Josué, el sexto libro de las Escrituras Hebreas, la caída de Jericó que tuvo lugar hace casi 3500 años. Pero ¿realmente sucedió eso?Muchos representantes de "La Alta Crítica" responderían, muy seguros de si mismos, que no.

"ALTA CRÍTICA" (O "EL MÉTODO HISTÓRICO-CRITICO") es una expresión que se usa para describir el estudio de la Biblia con el fin de averiguar detalles como quién escribió cada libro, de qué fuente vino la información y cuándo fue compuesto... 

La Alta Crítica afirma que el libro de Josué -lo mismo que los cinco libros anteriores de la Biblia- se componen de leyendas que fueron escritas muchos siglos después del tiempo en que supuestamente tuvieron lugar los sucesos. Muchos arqueólogos también contestarían que no. Según ellos, pudiera ser que Jericó ni siquiera existiera cuando los israelitas entraron en la tierra de Canaán.
Esas son acusaciones graves. A medida que uno lee la Biblia, nota que sus enseñanzas están enlazadas sólidamente con la historia. Los mandatos de Dios se dan a un pueblo histórico, y él trata con hombres, mujeres, familias y naciones de la vida real. Los eruditos modernos que ponen en duda la historicidad de la Biblia ponen en duda también la importancia y la veracidad de su mensaje. Si la Biblia es realmente la Palabra de Dios, entonces la historia que contiene debe ser digna de confianza y no tener simplemente leyendas y mitos. ¿Tienen dichos críticos razones para desafiar la veracidad histórica de la Biblia?

La Alta Crítica... ¿cuán confiable? 


Julius Wellhausen.

La alta crítica de la Biblia empezó con ahínco durante los siglos XVIII y XIX. En la mitad posterior del siglo XIX el critico alemán  de la Biblia llamado Julius Wellhausen popularizó la teoría de que los primeros seis libros de la Biblia, entre ellos Josué, se habían escrito en el siglo V a.E.C... unos mil años después de los sucesos descritos en ellos. No obstante, admitió que parte de su contenido se habían escrito antes. Esta teoría se imprimió en la undécima edición de la Encyclopedia Britannica, publicada en 1911, que explicó:



"Génesis es una obra de un tiempo posterior al exilio, compuesta de una fuente sacerdotal de ese tiempo (P) y fuentes anteriores no sacerdotales que difieren notablemente de P en lenguaje, estilo y punto de vista religioso"...

De toda la historia registrada en la parte inicial de las Escrituras Hebreas, Wellhausen y sus seguidores decían que "no (era) historia literal, sino tradiciones populares del pasado". Para ellos, los primeros relatos eran solo un reflejo de la historia posterior de Israel. Por ejemplo, decían que en realidad no hubo enemistad entre Jacob y Esaú, sino que aquellos reflejó la enemistad que en tiempos posteriores hobo entre las naciones de Israel y Edom.
Así pues, aquellos críticos creían que a Moisés nunca se la mandó hacer el arca del pacto, y en su opinión nunca había existido el tabernáculo, que fue el centro de la adoración israelita en el desierto. También creían que la autoridad del sacerdocio aarónico se estableció de lleno unos cuantos años antes de la destrucción de Jerusalén por los babilonios, lo que los críticos creían que había ocurrido a principios del siglo VI a.E.C.
¿Qué "prueba" tenía para esas ideas? Los de la alta critica alega que pueden dividir el texto de los primeros libros de la Biblia en unos cuantos documentos diferentes. Uno de sus principios básicos es suponer que, por lo general, cualquier versículo bíblico que usa la palabra hebrea para Dios ('אלוהים 'Elo-hím) por si sola provino de un escritor en particular, mientras que cualquier versículo que se refiere a Dios por su nombre, Jehová, tuvo que haberlo escrito... como si un solo escritor no pudiera haber usado ambos términos.
El que un acontecimiento se haya registrado mas de una vez en un libro se toma también como prueba de que hubo más de un escritor implicado, aunque en la literatura semítica antigua hay ejemplos semejantes de repetición. además, se supone que cualquier cambio de estilo significa un cambio de escritor. Sin embargo, hasta los escritores de hoy día suelen emplear estilos diferentes en diversas etapas de sus carreras, o cuando tratan materia diferente. Por ejemplo, el poeta inglés John Milton...
John Milton.-

... escribió su elevado poema épico "Paraíso perdido" en un estilo muy diferente del que usó en su poema "L'Allegro". Y el estilo de sus tratados políticos difirió del de dos poemas.

¿Hay prueba verdadera para esas teorías? De ninguna manera. Cierto comentarista señaló: "La critica, hasta en su mejor expresión, es especulativa e implica tanteo, algo siempre susceptible a modificación o a ser refutado y reemplazado por otra idea, Es un ejercicio intelectual, sujeto a todas las dudas y suposiciones que son parte inseparable de tales ejercicios. Especialmente es "especulativa e implica tanteo", en sumo grado, la la alta critica de la Biblia.

Gleason L. Archer, hijo.-


Gleason L. Archer, hijo, muestra otro fallo en el razonamiento de la alta critica. Dice que la dificultad está en que "la escuela de Wellhausen empezó con la suposición pura (que difícilmente se han molestado en demostrar) de que la religión de Israel era solo origen humano como cualquier otra, y que tenía que ser explicada como simple producto de la evolución. En otras palabras, Wellhausen y sus seguidores comenzaron por suponer que la Biblia era solo palabra del hombre, y en eso basaron sus razonamientos.  


Enciclopedia y documentos Judíos.-
Enciclopedia y documentos Judíos.-
Allá en 1909 la obra de consulta judía The Jewish Encyclopedia señaló otros dos puntos débiles de la teoría de Wellhausen: "Los argumentos por los cuales Wellhausen casi se ha ganado a todo el cuerpo de críticos contemporáneos de la Biblia fundan en dos suposiciones: en primer lugar, que el ritual se complica a medida que la religión se desarrolla; en segundo lugar, que las fuentes mas antiguas necesariamente tratan las etapas mas primitivas, y la última no tiene apoyo de la prueba que viene de códigos rituales como los de la India".
¿Hay alguna manera de someter a prueba a la alta critica para ver si sus teorías son correctas o no? The Jewish Encyclopedia pasó a decir: "Los puntos de vista de Wellhausen se basan casi exclusivamente en análisis literal, y tendrán que ser completados por un examen desde el punto de vista de la arqueología institucional". A medida que pasaron los años, ¿tendió la arqueología a confirmar las teorías de Wellhausen? The New Encyclopedia Britannica contesta: "La critica arqueológica ha tenido comprobar que los detalles históricos típicos de hasta los períodos más antiguos (de la historia bíblica) son confiables, y a desestimar la teoría de que los relatos del Pentateuco (los registros históricos de los primeros libros de la Biblia) son simplemente el reflejo de un período muy posterior".
En vista del débil apoyo con que cuenta la alta critica, ¿por qué es tan popular entre los intelectuales de hoy? Porque les dice lo que quieren oír. Cierto erudito del siglo XIX explicó: "Personalmente acogí mejor este libro de Wellhausen que casi todos los demás; pues me pereció que al fin el problema apremiante de la historia del Antiguo Testamento se había resuelto en conformidad con el principio de la evolución humana, que me veo obligado a aplicar a la historia de toda la religión". Está claro que la alta critica concordaba con sus prejuicios de evolucionista. Y en realidad ambas teorías tienen un propósito similar. Tal como si se acepta la evolución no hay que creer en la existencia de un Creador, así el aceptar la alta critica de Wellhausen significa no tener que creer que la Biblia fue inspirada por Dios.
En este siglo XXI de tendencias racionalistas, el suponer que la Biblia no es palabra de Dios, sino de hombre, les parece plausible a los intelectuales. (hoy día la mayoría de los intelectuales tienden a ser racionalistas. Según el diccionario, el racionalismo es un "sistema filosófico, que funda sobre la sola razón las creencias religiosas". Los racionalistas tratan de explicarlo todo en términos humanos más bien que tomar en cuenta la posibilidad de que Dios haya intervenido). A ellos se les hace mucho más fácil creer que las profecías se escribieron después del tiempo de su cumplimiento que aceptarlas como genuinas. Prefieren explicar como mitos, leyendas o cuentos populares los relatos bíblicos de milagros, mas bien que considerar la posibilidad de que realmente sucedieran. Pero ese punto de vista manifiesta prejuicio y no razón sólida para rechazar la veracidad de la Biblia. La alta critica tiene fallos serios, y su ataque contra la Biblia no ha podido demostrar que la Biblia no sea la Palabra de Dios.


¿Tiene apoyo arqueológico la Biblia? 

Como campo de estudio la arqueología tiene un fundamento mas sólido que el de la alta critica. De muchas maneras los arqueólogos que excavan entre los vestigios de civilizaciones pasadas han aumentado nuestro entendimiento de cómo era la vida en tiempos antiguos. Por eso no sorprende que muchas veces el registro arqueológico armonice con lo que leemos con la Biblia. A veces la arqueología hasta ha mostrado que la Biblia tiene razón y sus críticos no.
Por ejemplo, según el libro de Daniel, el último gobernante de Babilonia antes de su caída en manos de los persas se llamó elsasar. (Daniel 5:1-30.)  
MAPA DE LAS CIUDADES DE LA ANTIGUA MESOPOTAMIA.- 

Puesto que fuera de la Biblia no había ninguna mención de Belsasar, se levantó la acusación de que la Biblia estaba equivocada y que aquel hombre nunca había existido. Pero durante el siglo XIX se descubrieron en unas ruinas del sur de Irak varios cilindros pequeños con inscripción en grafía cuneiforme. Se halló que contenía una oración por la salud del hijo mayor de Nabonido, el rey de Babilonia. ¿Cómo se llamaba este hijo? Belsasar.



El "Relato en versículos de Nabonido" informa que Nabonido confió el reinado a su primogénito.-

¡Así que había existido un Belsasar! Pero ¿era rey cuando Babilonia cayó? La mayoría de los documentosque se hallaron mas tarde lo llamaban el hijo del rey, el príncipe heredero. Pero un documento cuneiforme descrito como el "Relato en el versículo de Nabonido" arrojó más luz sobre la verdadera posición que ocupaba Belsasar. Informó: "Él (Nabonido) confió el 'Campamento' a su (hijo) mayor, el primogénito, ordenó que estuviera bajo su (mando) las tropas de todas partes del país. Lo cedió (todo), confió el reinado a él. De modo que Belsasar se le encargó el reinado.¡Para todos los fines, eso de seguro lo hacía el rey!


Es interesante notar en esta imagen que esta estatua es de un gobernante antiguo se halló en el norte de Siria en los años setenta quedó claro que no era desconocido el que se llamara rey a un gobernante cuando en realidad tenía el titulo de menos categoría. Esta estatua es la de un gobernante de Gozán y estaba inscrita en asirio y arameo. La inscripción aramea paralela lo llama rey. Por eso, no carecería de precedente el que en las inscripciones babilónicas oficiales se llamara príncipe heredero a Belsasar, mientras que en lo que Daniel escribió en arameo se le llamara rey...

Además esta relación entre Belsasar y su padre, Nabonido, explica por qué, durante aquel último banquete en Babilonia, Belsasar dijo que haría a Daniel el tercer gobernante del reino. (Daniel 5:16.) Puesto que Nabonido era el primer gobernante, Belsasar mismo era solo el segundo gobernante de Babilonia.

Otras pruebas en apoyo.-

Si, muchos descubrimientos arqueológicos han demostrado la exactitud histórica de la Biblia. Por ejemplo, la Biblia informa que después que el rey Salomón hubo recibido de David su padre el reinado, Israel disfrutó de gran prosperidad. Leemos: "Judá e Israel eran muchos, como los granos de arena que están junto al mar por su multitud, y comían y bebían y se regocijaban". (1ºReyes 4:20.) En apoyo a esta declaración, leemos: "La evidencia arqueológica revela que hubo una explosión demográfica en Judá durante el siglo X a. J.C. y después, cuando la paz y prosperidad que trajo David hizo posible la edificación de muchos pueblos nuevos.
Algún tiempo después, de una sola nación se desarrollaron dos -Israel y Judá-, e Israel conquistó el vecino país de Moab. En la ocasión de una rebelión de Moab el rey Mesá, Israel formó una alianza con Judá y el vecino reino de Edóm para guerrear contra Moab. (2º Reyes 3:4-27.) Un hecho extraordinario es que en 1868, en Jordania, se descubrió una estela (una losa con inscripciones) que contenía en lenguaje maobita el propio relato de Mesá sobre aquel conflicto.
  
La Estela Moabita da la versión del rey Mesá del conflicto entre Moab e Israel.

Foto de la Estela Moabita.

Después, en 740 a.E.C., Dios permitió que el rebelde reino norteño, fuera destruido por los asirios. (2ºReyes 17:6-18.)


Registro babilónicos oficiales apoyan el relato bíblico de la caída de Jerusalén.

Sobre el relato bíblico de este suceso la arqueóloga Kathleen Kenyon dice:

Arqueóloga Kathleen Kenyon (1906-1978).-  


"Pudiera sospecharse que parte de esto es hipérbole". Pero ¿es así? Ella añade: "La evidencia arqueológica de la caída del reino de Israel es casi una gráfica que la del registro bíblico (...) El arrasamiento completo de los pueblos israelitas de Samaria y Hazor y la acompañante destrucción de Meguidó es la prueba arqueológica real de que el escritor (bíblico) no exageró.
La Biblia nos dice que, más tarde todavía, los babilonios sitiaron Jerusalén, donde reinaba Joaquín, y la derrotaron. Hay un relato de este suceso en la Crónica de Babilonia, una tablilla con escritura cuneiforme descubierta por los arqueólogos. En esa crónica leemos:   
"El rey de Akkad (Babilonia) (...) puso sitio a la ciudad de Judá (iahudu) y el rey tomó la ciudad el segundo día del mes de Addaru". Joaquín fue llevado a Babilonia y puesto en prisión. Pero la Biblia indica que algún tiempo después lo pusieron en libertad y recibió una porción designada de alimento. (2ºReyes 24:8-15; 25:27-30.) Hasta esto tiene apoyo de documentos administrativos hallados en Babilonia, indican las raciones que se dieron a "Yaukin", rey de Judá.

Respecto a la relación entre la arqueología y los relatos históricos de la Biblia, el frofesor David Noel Freedman observó:   

Profesor David Noel Freedman.-


"Sin embargo, en general la arqueología ha tenido a apoyar la validez histórica de la narración bíblica. El amplio esquema cronológico desde los patriarcas hasta los tiempos del Nuevo Testamento está en correlación con los datos arqueológicos.(...) Descubrimientos futuros probablemente sostengan la actual postura moderna de que la tradición bíblica tiene raíces históricas y ha sido trasmitida fielmente, aunque no sea historia en el sentido crítico y científico".
Entonces, respecto a los esfuerzos de los representantes de la alta crítica por restar crédito a la Biblia, dice: "las reconstrucciones de la historia bíblica que han intentado efectuar eruditos modernos -por ejemplo, el punto de vista de Wellhausen de que la edad patriarcal era un reflejo de la monarquía dividida; o el rechazamiento de la historicidad de Moisés y del éxodo y la consiguiente reorganización de la historia israelita por Noth y sus seguidores- no han sobrevivido a los hechos arqueológicos con tan buen éxito como la narración bíblica". 
   
La caída de Jericó.-

¿Significa esto que la arqueología concuerda con la Biblia en todo caso? No; hay desacuerdos. Uno de ellos es el de la dramática conquista de Jericó que describimos al principio de este articulo. 


Según la Biblia, Jericó fue la primera ciudad que Josué conquistó cuando introdujo a los israelitas en la tierra de Canaán. La cronología bíblica indica que la ciudad cayó en la primera mitad del siglo XV a.E.C. Después de la conquista, Jericó fue quemada completamente y luego quedó deshabitada por centenares de años. (Josué 6:1-26; 1ºReyes 16:34.)

Antes de la II Guerra Mundial, el profesor John Garstang...

Profesor John Garstang (1876-1956).-


excavó donde se creía que había estado Jericó. Descubrió que la ciudad de aquel lugar era muy antigua y que había sido destruida y reedificada muchas veces. Garstang halló que durante una de aquellas destrucciones los muros habían caído como por un terremoto, y la ciudad había sido quemada completamente. Garstang supuso que esto había ocurrido alrededor de 1400 a.E.C., una fecha que no dista mucho de la fecha bíblica para la destrucción de Jericó por Josué.

Después de la guerra, la arqueóloga Kathllen Kenyon hizo otras excavaciones en Jericó.

                 Arqueóloga Kathleen Keyon(1906-1978); en una de las excavaciones de                                                         las ruinas de la ciudad de Jericó.-


Se encontró [en la foto izquierda] abundante cantidad de grano quemado, evidenciando las circunstancias que se narra en el libro de Josué de que la conquista fue en la época de cosecha, y que la ciudad no fue rendida por hambre, sino por la caída de las murallas tras un rápido asedio. 


Llegó a la conclusión de que los muros desplomados que Garstang había identificado eran centenares de años más antiguos de lo que él creía. Sí identificó, una destrucción grande de Jericó en el siglo XVI a.E.C., 


                                              Arqueóloga Kathleen Keyon (1906-1978); en el campo de                                                                              trabajo investigatívo.-

pero dijo que no había ninguna ciudad en la ubicación de Jericó durante el siglo XV... cuando la Bíblia dice que Josué había invadido el país. Pasó a informar posibles indicaciones de otra destrucción que pudiera haber sucedido en aquel lugar en 1325 a.E.C., y propuso: "Si la destrucción de Jericó se ha relacionar con una invasión bajo Josué,.... 


Arqueóloga Kathleen Keyon (1906-1978).-


...la fecha que la arqueología propone es esta [última].
¿Significa esto que la Biblia se equivoca? De ninguna manera. Tenemos que recordar que aunque la arqueología abre ante nosotros una ventana al pasado, el cristal de esa ventana no siempre permite ver con claridad. A veces es indudablemente opaco, Como señaló un comentador: "Desafortunadamente,  la prueba arqueológica es fragmentaria, y por lo tanto limitada". Esto es especialmente cierto de los primeros períodos de la historia israelita, pues la prueba arqueológica de esos tiempos no es clara. De hecho, la prueba es hasta menos clara en Jericó, ya que ese lugar ha sido muy afectado por la erosión. 

Las limitaciones de la arqueología.-

Los arqueólogos mismos reconocen que su ciencia tiene limitaciones. Por ejemplo, Yohanan Aharoni explica:
Antropólogo Yohanan Aharoni.-


"En lo que se refiere a interpretación histórica o histórico-geográfica, el arqueólogo sale del ámbito de las ciencias exactas y tiene que confiar en apreciaciones e hipótesis para llegar a un cuadro histórico amplio". En cuanto a las fechas asignadas a diversos descubrimientos, añade: "Siempre debemos recordar, por lo tanto, que no todas las fechas son absolutas, y que son sospechosas en diversos grados", aunque cree que los arqueólogos de hoy día pueden confiar más en las fechas que asignan que los arqueólogos del pasado.

The Word of the Old Testament (El mundo del Antiguo Testamento) hace la pregunta: "¿Cuán objetivo o verdaderamente científico es el método arqueológico?". Contesta: "Los arqueólogos son más objetivos cuando desentierran los hechos que cuando los interpretan. Pero sus presuposiciones humanas afectan también los métodos que usan al excavar. No pueden evitar la destrucción de sus pruebas mientras excavan en las capas de la tierra, y por eso nunca pueden someter a prueba su 'experimento' repitiéndolo. Esto hace que la arqueología sea singular entre las ciencias. Además, hace que el informar sobre asuntos arqueológicos exija mucho cuidado y esté lleno de escollos.
Se ve, pues, que la arqueología puede ser muy útil, pero que también es falible, como cualquier esfuerzo humano. Aunque consideramos con interés las teorías arqueológicas, nunca debemos debemos verlas como verdad indiscutible. Si los arqueólogos interpretan sus hallazgos de modo que parezcan contradecir la Biblia, no se debe suponer automáticamente que la Biblia este equivocada y que los arqueólogos tengan razón. Se ha sabido que las interpretaciones arqueológicas han cambiado.
Es interesante que en 1981, el profesor John J. Bimson reexaminó la destrucción de Jericó.


Profesor John J. Bimson.


Estudió cuidadosamente la destrucción por fuego de Jericó que, según Kathleen Keyon, ocurrió a mediados del siglo XVI a.E.C.



Según él, aquella destrucción no solo armoniza con el relato bíblico de Josué sobre la destrucción de la ciudad; el cuadro arqueológico de Canaán en conjunto también encaja perfectamente con la destrucción bíblica de Canaán cuando los israelitas la invadieron. Por consiguiente, sugiere que la fecha arqueológica que se ha dado está equivocada, y propone que dicha destrucción realmente tuvo lugar a mediados del siglo XV a.E.C., durante la vida de Josué.


La Biblia es históricamente genuina.-

Esto ilustra que muchas veces los arqueólogos difieren entre sí. Por eso, no sorprende que algunos no concuerden con la Biblia, pero otros sí. No obstante, entre los eruditos crece el respeto a la historicidad de la Biblia en general, si es que no en todo detalle. 

El arqueólogo doctor William Foxwell Albright representó la opinión de un grupo cuando escribió:.....




..."Generalmente se ha regresado a un aprecio de la exactitud de la historia religiosa de Israel, tanto en general como respecto a detalles de lo hecos. [...] En resumen, de nuevo podemos ver  que desde el principio hasta el fin de la Biblia es un documento auténtico de historia religiosa".-

En realidad la Biblia es historia exacta. Los sucesos se enlazan con tiempos y fechas específicos, a diferencia de los sucesos de la mayoría de los mitos y leyendas antiguos. Muchos sucesos biblicos tienen el-apoyo de inscripciones que datan de los tiempos correspondientes. Cuando hay una diferencia entre la Biblia y alguna inscripción antigua, la discrepancia frecuentemente se puede atribuir a la aversión de los gobernantes de la antiguedad a llevar registros de sus propias derrotas, y a su deseo de exagerar sus éxitos.
En efecto, muchas de aquellas inscripciones antiguas tienen menos de historia que de propaganda oficial. En contraste, los escritos de la Biblia despliegan una franqueza excepcional. Se revela personas prominentes de la antiguedad -como a Moisés y Aarón- con todas sus debilidades y virtudes. Hasta las flaquezas del gran rey David se revelan honradamente. Las faltas de la nación en conjunto se expone vez tras vez. La franqueza que así se manifiesta sostiene veracidad y fiabilidad de las Escrituras Hebreas y da peso a las palabras de Jesús al orar a Dios: "Tu palabra es la verdad". (Juan 17:17.)

Albright pasó a decir: "De todos modos, por su contenido la Biblia se eleva por encima de toda literatura religiosa anterior; y del mismo impresionante modo se eleva sobre toda literatura posterior por la sencillez directa de su mensaje y la universalidad de su atractivo para hombres de todos los países y épocas". Es este 'mensaje elevado', más bien que el testimonio de eruditos, lo que demuestra la inspiración de la Biblia, como veremos en el articulo posteriores. Pero señalemos aquí que los pensadores racionalistas modernos no han podido probar que las Escrituras Hebreas no sean historia verdadera, mientras que estos escritos mismos dan toda prueba de ser exactos. ¿Puede decirse lo mismo de las Escrituras Griegas Cristianas, el "Nuevo Testamento"? Eso lo consideraremos en el "ARTÍCULO SIGUIENTE"... 

martes, 15 de marzo de 2016

¿Se ha encontrado el arca de Noé?

EL DILUVIO QUE NADIE OLVIDA


Teorías e informes periodísticos.

1º.- INFORME PERIODÍSTICO el Arca de Noe...




Arqueólogo Biblista Doctor Ahmet Ertrugul; en el año 2010; antes de descubrir el supuesto “Arca de Noé”




UTILICEMOS LA RAZÓN Y MEDITEMOS EN ESTA PREGUNTA:

¿Se ha encontrado el arca de Noé?


DE VEZ en cuando surge una oleada de publicidad sobre la búsqueda del arca de Noé. El entusiasmo que esto provoca es comprensible, pues encontrar la enorme embarcación en la que Noé y su familia sobrevivieron al Diluvio, entre los años 2370 y 2369 antes de nuestra era, constituiría un extraordinario hallazgo arqueológico. Tras múltiples intentos, la búsqueda continúa. Ahora bien, después de tantas especulaciones y alegaciones sensacionalistas, ¿qué se sabe realmente?
La Biblia revela que el arca de Noé “llegó a descansar sobre las montañas de Ararat” (Génesis 8:4). En la región que lleva ese nombre —ubicada en Turquía oriental, cerca de la frontera con Armenia e Irán— se encuentra el elevado pico conocido como monte Ararat.
¿Qué han aportado las numerosas expediciones a esa zona en busca del arca? Afirmaciones que llaman la atención, pero ninguna prueba concluyente. Las interesantes fotos aéreas, los pedazos de madera cubiertos de alquitrán y los informes de avistamientos han estimulado a algunos a buscar pruebas más tangibles, aunque no ha sido fácil. Suele mencionarse la posibilidad de que el arca se halle a 4.500 metros (15.000 pies) de altura en la ladera del monte Ararat. Pero debido a tensiones políticas en la región, a las expediciones extranjeras a veces se les niega el permiso para subir a la montaña.
No obstante, muchas personas interesadas en el arca desean que se realicen más expediciones. Creen que aún hay partes intactas del arca ocultas bajo el hielo del monte Ararat, cuya cima está coronada de nieve. Dicen que solo habría esperanzas de ver la embarcación y llegar hasta ella en los años con veranos más calurosos.
Tales esperanzas han sido avivadas por diversos informes. Josefo, historiador judío del siglo primero, hace referencia a varios historiadores antiguos que afirmaron que el arca aún se veía en lo alto de la cordillera de Ararat. Incluso se dice que había personas que se llevaban como recuerdo trozos de su madera cubierta de alquitrán. Entre los hombres citados por Josefo figura Beroso, cronista babilonio del siglo III antes de nuestra era.
Uno de los informes más intrigantes del siglo pasado fue el de un armenio llamado George Hagopian. Él contó que, de niño, visitó el arca con su tío a principios del siglo XX, y que incluso trepó por la estructura. Hagopian murió en 1972, pero su testimonio aún emociona y asombra a muchos.
¿Influiría el hallazgo en nuestra fe?
¿Existe alguna base sólida para creer que los exploradores hayan encontrado el arca, o que lo harán algún día? Tal vez, pero parece haber más motivos para dudarlo. En primer lugar, recuerde que la Biblia no dice dónde exactamente se detuvo el arca cuando bajaron las aguas del Diluvio. Solo menciona “las montañas de Ararat”.
Es normal que los exploradores y quienes especulan sobre el tema concluyan que fue en el pico más elevado de la región. Sin embargo, las Escrituras no especifican que Dios hiciera que el arca se posara en la cima del monte Ararat, que hoy es un lugar frío a más de cinco kilómetros sobre el nivel del mar.* Recuerde, después que el arca se detuvo sobre las montañas, Noé y su familia vivieron en ella varios meses (Génesis 8:4, 5). Además, parece poco probable que, tras desembarcar, ellos y todos los animales hayan tenido que bajar de una cima tan alta, como si de alpinistas se tratara. Así que quizás el terreno donde el arca se detuvo era más accesible de lo que se imaginan los exploradores, pero lo suficientemente alto para encajar en la descripción de Génesis 8:4, 5. Y sin importar en qué parte de la región de Ararat se haya posado, ¿no habría desaparecido hace siglos debido al deterioro o al saqueo de sus materiales?
Además, son discutibles las afirmaciones que suelen difundirse sobre la importancia religiosa de las exploraciones. El organizador de cierta expedición dijo que encontrar el arca “confirmará la fe de millones de personas [...,] y muchas otras llegarán a tener fe”. En una conferencia de prensa en 2004, él mismo afirmó que hallar el arca sería “el acontecimiento más importante desde la resurrección de Cristo”. Su exploración se canceló más tarde.
Y si se encontrara el arca, ¿realmente confirmaría la fe de algunos y haría que otros llegaran a tener fe? La Biblia enseña que la fe auténtica no depende de objetos que se puedan ver y tocar (2 Corintios 5:7). Hay gente tan escéptica que insiste en que necesita pruebas tangibles para poner fe en algunos relatos bíblicos. Pero lo cierto es que ninguna cantidad de pruebas le bastaría. Jesús habló de personas a quienes simplemente no se les podría convencer de las verdades bíblicas aunque vieran a alguien levantarse de entre los muertos (Lucas 16:31).
Por otro lado, la fe verdadera no es credulidad; más bien, se basa en pruebas sólidas (Hebreos 11:1). ¿Existen pruebas sólidas que motiven a las personas razonables a poner fe en el relato bíblico del Diluvio? Por supuesto. Jesucristo dijo con claridad: “Noé entró en el arca, y llegó el diluvio” (Lucas 17:26, 27). Esta es la prueba más contundente. ¿Por qué?
Antes de venir a la Tierra, Jesús estaba en el cielo (Juan 8:58). De modo que pudo ver la construcción del arca, así como el Diluvio. Ahora bien, ¿qué prueba le suena más convincente a usted? ¿El testimonio de primera mano de Jesús, que demostró ser completamente confiable y probó que era el Hijo de Dios, o la leve posibilidad de que los exploradores encuentren algunos pedazos de madera antigua en la cima congelada de una montaña? Cuando lo vemos desde esta perspectiva, las pruebas de que el arca de Noé sí existió son incuestionables.
[Nota]
El monte Ararat es un volcán que ha estado inactivo desde 1840. Alcanza una elevación de 5.165 metros (16.945 pies) y está cubierto de nieve todo el año.
[Comentario de la página 13]
¿Existen pruebas sólidas que confirmen el relato bíblico del Diluvio?
[Comentario de la página 14]
Jesucristo dijo con claridad: “Noé entró en el arca, y llegó el diluvio”


¿Quién es Jehová?


El Tetragrámaton visto a través de una lupa en un manuscrito antiguo.

La respuesta que da la Biblia

Jehová es el Dios verdadero de la Biblia, el Creador de todas las cosas (Revelación [Apocalipsis] 4:11). Lo adoraron los profetas Abrahán y Moisés, y también Jesús (Génesis 24:27;Éxodo 15:1, 2; Juan 20:17). Es el Dios de “toda la Tierra”, no de un solo pueblo (Salmo 47:2).
La Biblia dice que Dios tiene un nombre que solo le pertenece a él: Jehová (Éxodo 3:15; Salmo 83:18). Proviene de un verbo hebreo que significa “llegar a ser”. Algunos expertos opinan que este nombre significa “Él Hace que Llegue a Ser”. Esta definición encaja con el hecho de que Jehová creó todas las cosas y de que cumple todo lo que se propone (Isaías 55:10, 11). La Biblia también nos ayuda a conocer su personalidad, en especial su cualidad más sobresaliente, el amor (Éxodo 34:5-7; Lucas 6:35; 1 Juan 4:8).
El nombre Jehová es una traducción al español del nombre hebreo de Dios. Este se escribía con las cuatro letras del Tetragrámaton (יהוה), que se corresponden con las consonantes YHWH.


Aunque se desconoce la pronunciación exacta de este nombre en hebreo antiguo, la forma Jehová se usa desde hace mucho en español. La primera traducción bíblica en este idioma que contiene el nombre de Dios es la de los Salmos de Juan de Valdés, de alrededor de 1537. *

¿Por qué no se sabe cómo se pronunciaba el nombre de Dios en hebreo antiguo?

El hebreo antiguo se escribía sin vocales, las cuales el lector añadía fácilmente durante la lectura. Sin embargo, una vez que se completaron las Escrituras Hebreas (Antiguo Testamento), algunos judíos se dejaron llevar por la creencia supersticiosa de que estaba mal pronunciar el nombre de Dios. Cuando leían en voz alta un texto que contenía el nombre divino, lo sustituían por expresiones como “Señor” o “Dios”. Con el paso de los siglos, esta superstición se extendió, y se acabó olvidando la pronunciación antigua. *
Hay quienes opinan que el nombre de Dios se pronunciaba “Yahweh” (“Yahvé”), mientras que otros sugieren otras posibilidades. En los Rollos del mar Muerto hay un fragmento de Levítico en griego en el que aparece el nombre de Dios transliterado “Iao”. Otros escritores griegos de tiempos antiguos también proponen las pronunciaciones “Iaé”, “Iabé” o “Iaoué”, pero no se puede demostrar que alguna de estas fuera la pronunciación que utilizaban en hebreo antiguo. *

Conceptos erróneos sobre el nombre de Dios en la Biblia

Lo que algunos creen: Las traducciones que utilizan el nombre “Jehová” lo tienen porque lo han añadido.
La verdad: El nombre de Dios en hebreo, representado con las cuatro letras del Tetragrámaton, aparece unas 7.000 veces en la Biblia. * La mayoría de las traducciones lo han eliminado sin ningún motivo y lo han sustituido por títulos como “Señor”.
Lo que algunos creen: El Dios todopoderoso no necesita un nombre exclusivo.
La verdad: Dios mismo hizo que los escritores de la Biblia pusieran su nombre miles de veces y manda a sus siervos que lo utilicen (Isaías 42:8; Joel 2:32; Malaquías 3:16;Romanos 10:13). Es más, condenó a los falsos profetas que intentaron que se olvidara su nombre (Jeremías 23:27).
Lo que algunos creen: Hay que seguir la tradición judía y quitar de la Biblia el nombre de Dios.
La verdad: Es cierto que algunos escribas judíos no pronunciaban el nombre divino. Pero no lo quitaron de las copias que hicieron de la Biblia. Sea como fuere, Dios no quiere que sigamos las tradiciones que nos hacen ir en contra de lo que él manda (Mateo 15:1-3).
Lo que algunos creen: El nombre de Dios no debe usarse en la Biblia porque no se conoce con exactitud cómo se pronunciaba en hebreo.
La verdad: Según este argumento, Dios espera que todo el mundo, hable el idioma que hable, pronuncie igual su nombre. Sin embargo, la Biblia indica que los siervos de Dios del pasado pronunciaban los nombres propios como era habitual en su idioma.
Veamos el caso del nombre del juez israelita Josué. Los cristianos del siglo primero que hablaban hebreo posiblemente decían “Yeshúa”, y los que hablaban griego, “Iesous”. En la Biblia aparece la traducción al griego de este nombre hebreo, lo cual demuestra que, como es lógico, los cristianos utilizaban los nombres propios que eran comunes en su idioma (Hechos 7:45; Hebreos 4:8).

Lo mismo puede aplicarse a la traducción del nombre de Dios. Lo que realmente importa no es su pronunciación exacta, sino que este nombre ocupe el lugar que le corresponde en la Biblia.